marzo 24, 2024

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      marzo 23, 2024

      LOS MORROCOYOS


      El Festival de la Leyenda Vallenata en su versión 2024, rendirá homenaje al artista Iván Villazón, quien es reconocido como la  “voz tenor del vallenato”. 

      Villazón como anticipo a este reconocimiento lanzó su álbum número 35, que tituló: Un Mundo Real”. Un larga duración donde desempolva un clásico del vallenato, se trata de una composición musical de Luis Enrique Martínez llamada: Los Morrocoyos.

      Los morrocoyos, una inspiración del gran juglar del vallenato Luis Enrique Martínez Argote, de los mejores textos narrativos del Pollo Vallenato. 

      La génesis de esta canción nace de un episodio de la vida real de Luis Enrique ocurrido en Fundación, que fue la ciudad donde vivió desde los 13 años,  y donde recibió la influencia musical del juglar Francisco Rada, y de otros músicos provinciales, con los que participó en las presentaciones de las fiestas y parrandas de las poblaciones de la región.

      También fue en Fundación donde se hizo grande con el apoyo de los ganaderos que residían o frecuentaban esta ciudad, quienes lo animaron a dejar el arte de la madera, para que se dedicara por completo al folclor. 

      Fundación gracias al Ferrocarril de Santa Marta se había convertido a principios del siglo pasado en la meca del Departamento del Magdalena, en la Esquina del Progreso. No solo fue el centro económico y social de esta región, sino también en el lugar donde se daban cita los juglares del folclor vallenato, que por entonces apenas se consolidaba como género musical, y lugar donde en 1950 se realizó el primer festival vallenato de Colombia.

      LOS MORROCOYOS 

      La historia de esta obra musical surge entorno a unos carnavales. Carlos Mercado Miranda, un empresario que se dedicaba a la organización de espectáculos, contrató a los Hermanos Zuleta: Poncho y Emilianito, para que animaran un KZ en Fundación. 

      Los grandes amigos de los Zuletas en Fundación eran los ya desaparecidos: Guillermo Sánchez Andrade, Jaime Bornacelli Polo y Clamente Rada Marriaga. Los cuales se turnaban a la hora de atender en sus domicilios a los Zuletas, cuando éstos arribaban a Fundación. En esta ocasión le correspondía a Jaime Bornacelli el brindarles atención en su casa. 

      Ese día Luis Enrique se acercó a la casa de Jaime y éste lo despachó diciéndole que ese día no iba a parrandear con viejo, sino con los Zuletas. Igual respuesta recibió luego de Clemente y Guillermo. 

      La organización del recibimiento comenzó temprano, Clemente mandó a cocinar unos morrocollos, plato criollo que era de buen agrado de los hermanos Zuleta. La casa de Jaime Bornacelli fue acondicionada para recibir a la agrupación y a sus amigos. En la KZ se dispusieron varias mesas detrás de la tarima, como era lo habitual por aquellas épocas, donde el artista departiría con sus allegados, para luego de la presentación continuar parrandeando en el kiosko de su anfitrión.

      Antes de que arribaran los artistas, sus tres seguidores se reunieron en casa de Jaime Bornacelli para entonar, es decir, ingerir un poco de licor con el fin de recibir desinhibidos a los invitados. 

      Pasaban las horas y los Zuletas no arribaban a la ciudad, entonces Clemente angustiado se le acerca a Jaime y le comenta al oído que Luzmila García, (esposa de Poncho) le informó que los Zuletas no habían podido salir de Valledupar por imprevistos, y que su presentación quedaba cancelada. 

      Luis Enrique que estaba presente, al percatarse de la situación, aprovechó la frustración de sus tres amigos para burlarse del desplante que le habían hecho unas horas antes, componiendo con su mejor estilo satírico la obra que intituló: Los Morrocollos. Canción que elaboró de forma improvisada, de memoria, y en medio del fragor de la parranda que terminó amenizabando para los tres plantados. 

      Para sorpresa de todos, en medio de la parranda que amenizaba, interpretó la primera parte de la pieza musical, y para la una de la madrugada había compuesto la segunda parte, que enseguida cantó completa con una admirable unidad textual y anecdótica.

      El Pollo Vallenato no solo se desquitó del desdén que recibió de sus mecenas, sino que también dio muestras de la virtud que poseía de constuir obras musicales de forma improvisada, sin ayudas técnicas, y con narrativas que conservaban la unidad, tanto en la redacción, como en la discursividad del repertorio.

      Luis Enrique partió en dos la historia del vallenato, no solo en las notas musicales, sino también por la originalidad descriptiva, lírica, romántica, costumbrista y narrativa de muchas de sus obras.


      Pepe Rubio, testigo presencial
      de la azaña de Luis Enrique


      LETRA

      El catorce de febrero en Fundación
      a los hermanos Zuleta programaron,
      y Clemente Rada lleno de emoción
      mató cien morrocoyos pa esperarlos.

      Como a Poncho le gusta mucho el sabor
      buscó dos mujeres para prepararlos.
      Ese día a nadie le hablaba en Fundación,
      hasta le cerró los vidrios de su carro.

      El doctor Pimienta trató de saludarlo,
      cuando lo vio que pasaba muy sereno,
      pero como iba con los vidrios cerrados,
      contestó con señas no puedo atenderlo.

      El doctor Pimienta se quedó pensando,
      dijo: Será que Clemente se haya enfermo
      o será que ya lo mata el entusiasmo
      cuando no le quiere hablar a nadie 
      en el pueblo.

      Pero como los Zuleta le fallaron,
      y el guiso de morrocoyo quedó hecho,
      muchos amigos a la casa le llegaron
      como queriendo aprovechar el momento.

      Pero como Cleme no estaba contento,
      y ya se le había pasado el entusiasmo,
      a sus amigos les contestó con mal gesto:
      “les juro que de esta mazorca ni un grano
      por que el guiso de morrocollo solo es hecho 
      para que se lo coma Poncho y Emiliano.

      Jaime Bornacelli con Guillermo Sánchez,
      mandaron a separar cincuenta mesas,
      dijeron que de las nueve en adelante
      la mordía tenía que ser con los Zuleta.

      Guillermo Sánchez iba vestido de blanco,
      le dijo a Jaime: pongámonos corbata,
      y los pobrescitos deliraban tanto,
      que quedaron ni las novias de Barranca.


        Luis Enrique en casa de
      Jaime Bornacelli


      Interpretado por Iván Villazón
      en su albún: El Mundo Real

      Ver también: 




      marzo 09, 2024

      CAMINO A VALLEDUPAR

       

      Del «camino de la sal» a la carretera Santa Marta - Valledupar






      El camino que de Santa Marta conduce a Valledupar posiblemente sigue siendo el mismo que el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada comenzó en el periodo que terminó con la fundación de la ciudad de Bogotá. El 1 de abril de 1536, el gobernador Pedro Fernández de Lugo le dio su “Instrucción y Memoria” para la jornada que iba al “Río Grande”, nombrándolo general de esa misión, e iniciada por Jiménez el día 5 de abril. (1) 

      Este era el camino natural surcado por Chimilas y Taironas en sus interacciones e intercambios, el cual bordeaba el piedemonte de la vertiente occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, y por donde estas tribus se abastecían de sal, pescado y conchas marinas.

      Jiménez de Quesada como buen observador comprendió que su ruta hacia al Perú no podía ser totalmente paralela al río Grande de la Magdalena, por esta razón en su trayecto abandonó la ruta inicialmente propuesta y tomó la “Ruta de la Sal”.

       Y es el mismo camino que don Andrés Pérez Ruíz Calderón, siendo gobernador de la Provincia de Santa Marta entre 1763 y 1767, ordenó que abriera a su nieto, el samario Pascual Díaz Granados Ruíz Calderón, quien fue coronel de las campañas militares de Santa Marta en 1785, hombre de mucha influencia en la política del Magdalena, y quien posteriormente fue miembro de la Junta Suprema Provincial de Santa Marta en 1810. 

      Esta ruta partiría desde Ciénaga con destino hasta Valencia del Dulce de Jesús (hoy Valencia de Jesús), población cercana a Valledupar (2).

      Esta familia para esa época poseía en la región más de 6000 cabezas de ganado vacuno, cerca de 900 caballos y de los mayores propietarios de esclavos teniendo en 1801 unos 235 esclavos (3).

      Este camino llegó hasta orillas del río Fundación, donde se fundó un poblado que llamaron San Carlos de Fundación, hoy desaparecido.



      EN EL SIGLO XIX

      A finales del siglo XIX la ruta de la sal fue mejorada por el samario Tomás Abello, siendo presidente del Estado del Magdalena entre octubre de 1869 y julio de 1871. 

      Este mandatario también ordenó abrir nuevos caminos en el sur del Magdalena Grande, mejoró la vía a Riohacha, y del sur de la Guajira, camino real que había sido utilizado por los cuerpos militares como el que comandó el general Joaquín Riascos García en la guerra contra la rebelión del general Felipe Farías en 1875, cayendo muerto Riascos en la toma de San Juan el 8 de agosto (4).

      AVENIDA FUNDACIÓN

      En 1908, la dirigencia de Valledupar entusiasmada por construcción del Ferrocarril que partía desde Santa Marta hasta lo que hoy es el municipio de Fundación, decidió abrir camino hasta esta última población.

      Entre los dirigentes se encontraban miembros del clero, hacendados, agricultores y comerciantes; los cuales formaron una Junta pro-camino carretero a Fundación. Eran sus miembros: el cura párroco P. Enrique de Moreno, el Doctor Juan B. Pavajeau C., los señores José María Castro Baute, Manuel J. Céspedes, Clemente Quintero, Octavio Gómez, Casimiro Maestre, José T. Mejía, Lázaro S. Cotes, Lucas C. Monsalvo y el Doctor Bolívar Núñez. 

      Estos líderes estaban consientes que esta vía sería el inicio del desarrollo de esta ciudad, ya que le permitía interconectarse con el resto del país, por esta razón y en recuerdo de este logro, la avenida de acceso a Valledupar es llamada: Avenida Fundación, fue por esta nueva ruta por donde llegó el progreso a esta ciudad.

      En 1933, el cienaguero Rafael Calixto Campo Avendaño, siendo gobernador del Magdalena amplió y mejoró la vía hasta Fundación. 

      Posteriormente el vallenato Pedro Castro Monsalvo, siendo gobernador del Magdalena entre octubre de 1936 y septiembre de 1938 terminó la nueva carretera Santa Marta-Ciénaga, y avanzaron los trabajos en el mejoramiento de la carretera Fundación a Valledupar (5). 

      Este fue el mismo camino que Rafael Escalona tuvo que recorrer cuando compuso EL Testamento: “Paso por Valencia llego a la Sabana, Caracolicito y luego a Fundación, ahí entonces, me tengo que montar en un diablo, al que le llaman tren, que sale por toda la Zona y de tarde se mete a Santa Marta”. Este recorrido lo hizo cuando se trasladó a estudiar al Liceo Celedón en la década del cuarenta (6). 

      El Gobierno Nacional con las extintas Zonas de Carreteras a mediados del siglo XIX, mejoró notablemente esta la vía, cuando creo la carretera a Bogotá, que reemplazó al Ferrocarril del Atlántico como transporte de carga, turismo y pasajeros.

      Por: Raúl G. Martínez Ceballos 
      Santa Marta, 28 de octubre 2011.

      Notas: 
      (1) capítulo V: La ruta de los tres conquistadores, por Juan Friede Biblioteca Digital Blaa.
      (2)Diccionario Biográfico y Bibliográfico del Magdalena, Raúl Martínez Ceballos.
      (3) Esclavitud en la Provincia de Santa Marta, Dolcey Romero Jaramillo.
      (4) Compendio de Historia del departamento del Magdalena (de 1525 hasta 1895), José C Alarcón.
      (5) Comentarios sobre Historia Política y Administrativa del Magdalena Siglos XIX y XX, José Manuel Rodríguez.
      (6) Canción El Testamento, de Rafael Escalona.



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