enero 08, 2020

MACANCÁN: EL BANDERILLERO FUNDANENSE

EL DRAMÁTICO ARTE DEL TOREO

Miguel Beleño, "El Mono Mancancán", muere en corralejas





Por: JOSÉ MANUEL DÍAZ BARRIOS
Cronista Taurino


El mundo corralejero se ha vestido de luto con la muerte del banderillero Miguel Antonio Beleño González, más conocido como ‘El Mono Macancán’, oriundo de Fundación, de 38 años de edad, quien recibió una cornada mortal en el abdomen, en la quinta tarde de toros en San Pedro (Sucre) el 6 de Enero del 2010.
La muerte del banderillero quedó registrada en el video de la tarde correspondiente a la ganadería ‘Estados Unidos’ de Anuar Pastrana, que pasta en jurisdicciones de Caimito, también en ese departamento.
Todo sucedió cuando ‘El Mono Macancán’ esperó al toro a pocos metros de la puerta de toriles (A porta gayola), y aunque logró colocar un magistral par de banderillas, el feroz animal se devolvió en forma inmediata y lo embistió.
En las imágenes que nos han llegado del trágico momento en la Plaza de San Pedro, se observa que en la embestida el toro de pelaje jabonero flexiona el cuello y lo extiende a continuación, introduciendo sus cuernos en el cuerpo del malogrado rehiletero.
El personal médico que le asistió concluyó que en el instante del embroque se produce un primer trayecto ascendente grave cuando el toro levanta a su víctima varios centímetros del suelo. Entonces, es cuando el cuerno actuó como el eje de un molino y el agredido gira entorno a él, descendiendo la cabeza y subiendo los pies, produciendo nuevos trayectos de lesión y, en consecuencia, grandes destrozos tisulares que posteriormente le ocasionan la muerte casi que de manera instantánea.
El ‘Mono’ durante su paso por las corralejas recibió muchas cornadas en cabeza y cuello, tórax, extremidades superiores, abdomen (con serias lesiones viscerales), región lumbar-espalda y extremidades inferiores, sin contar los cientos de contusiones y laceraciones sufridas, al exponerse a animales hasta de 600 kilogramos de peso.

CORNADAS: LAS HERIDAS MÁS COMPLICADAS

Las lesiones por astas de toro son un tipo de afección frecuente en el Caribe colombiano, donde los festejos taurinos son una práctica cultural muy arraigada. En los departamentos de Sucre y Córdoba es donde se da instala la mayoría de corralejas, casi sin que pase una semana donde no se lidien toros.
Por ello, probablemente sea esta la región con una mayor experiencia en el tratamiento de las heridas por asta de toro.
Debido a las características de los toros bravos (Puros, media casta, 3/8 y 5/8, según la mezcla o porcentaje que se derive de razas puras españolas y el criollo bravo caribeño), un herido por asta de toro debe ser considerado un paciente politraumatizado y por ende ser tratado como tal desde su primera asistencia en las corralejas, con el tratamiento específico según los órganos y sistemas afectados.
Por otro lado, las heridas producidas únicamente por asta presentan unas características constantes y especiales que las diferencian de cualquier otro tipo de traumatismo, como son la presencia de varios trayectos de lesión, los grandes destrozos tisulares, la existencia de cuerpos extraños, la inoculación masiva de gérmenes aerobios y anaerobios, así como la potencial transmisión de tétanos, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Castellón (España).
Vale la pena que estos banderilleros, muleteros, capoteros, garrocheros, saltadores y, actualmente, recortadores, arriesguen su vida por un mala retribución por sus presentaciones, y sin ningún tipo de aseguramiento en riesgos laborales a los que están expuestos?

La sociedad colombiana está en mora en regular este tipo de espectáculos, y de ofrecer garantías a estas personas que lo arriesgan todo a cambio de poco o de nada.











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