Luis Enrique Martínez Argote, nació en El Hatico, Fonseca, La Guajira, un 24 de febrero de 1922 y murió en Santa Marta, un 25 de marzo de 1995 a la edad de 73 años.
Apodado "El pollo vallenato" ya que a temprana edad irrumpía en las parrandas y se aventuraba a participar, fue un músico colombiano destacado, intérprete del acordeón diatónico, cantante, verseador y compositor de música vallenata.
Apodado "El pollo vallenato" ya que a temprana edad irrumpía en las parrandas y se aventuraba a participar, fue un músico colombiano destacado, intérprete del acordeón diatónico, cantante, verseador y compositor de música vallenata.
Luis Enrique Martínez nació en un hogar de campesinos conformado por Santander Martínez y Natividad Argote. Desde muy joven tuvo gusto por el verseo, la piqueria y la música de acordeón, al tiempo que ejercía oficios varios como la ganadería y la serraría. Su padre hacía techos de palma, era acordeonero aficionado, y una vez Luis Enrique aprendió a tocar el acordeón le acompañaba en las maracas o con el redoblante cuando realizaban presentaciones en fiestas o las llamadas "colitas".
En el año 1936, cuando solo tenía 13 años de edad se fue a vivir con su madre a Fundación, la cual aún era un corregimiento de Aracataca, pero con una creciente economía e influencia cultural, motivada por el ferrocarril de Santa Marta que atrajo a una gran colonia de extranjeros y de vecinos de la región, la decisión de radicarse en esta villa estuvo motivada por la separación de sus padres y por la oportunidad que brindaba la bonanza bananera, se especializó en aserrar la madera, actividad que alternó con la música.
Fue en Fundación donde Luis Enrique recibió la influencia musical del juglar Francisco Rada, y de otros músicos provincianos, con los que empezó a realizar presentaciones en fiestas y parrandas de las distintas poblaciones de la región, entre ellas la zona bananera .
Durante sus correrías musicales, conoció a Juan Madrid en la población de El Banco, Magdalena, quien lo enseñó a cantar y a acompañarse con la guitarra. En estas fiestas se empezó a ganar el apodo de "El pollo vallenato" porque verseaba y era bueno en la piqueria (de "pique", enfrentamiento), comparando esta gesta a las peleas de gallos.
En 1948, Martínez realizó su primera grabación musical con los temas Seis días de la semana y Recuerdo de Emilianito.
En 1947 Martínez contrajo matrimonio con Rosalbina Serrano, en Caracolicito, corregimiento de El Copey, Cesar, y se radicaron en esta última población. De esta unión nacieron dos hijos; Victoria y Moisés Martínez Serrano.
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En 1972 la familia se radicó en Santa Marta por las complicaciones de Martínez con la diabetes y también cinco años en Bogotá para poder ser tratado de esta enfermedad.
Este juglar del Vallenato no obstante ser guajiro de nacimiento maduró musicalmente en Fundación y aunque inicialmente tuvo una acentuada influencia de Pacho Rada, posteriormente sucumbió bajo el encanto de la música alegre que florecía en el Valle de Upar y enarbolando esta bandera folclórica llegó a ser uno de los más auténticos exponentes del género vallenato.
Datos biográficos
Este juglar del Vallenato no obstante ser guajiro de nacimiento maduró musicalmente en Fundación y aunque inicialmente tuvo una acentuada influencia de Pacho Rada, posteriormente sucumbió bajo el encanto de la música alegre que florecía en el Valle de Upar y enarbolando esta bandera folclórica llegó a ser uno de los más auténticos exponentes del género vallenato.
Martínez, nace en el corregimiento de el Hático, jurisdicción del Municipio de Fonseca, en el antiguo Departamento del Magdalena Grande -hoy perteneciente a La Guajira-, el 24 de febrero de 1922, en el hogar formado por Santander Martínez y Natividad Argote, y murió en Santa Marta el 25 de marzo de 1995.
En 1936 a la edad de 13 años se radica con su madre en el entonces corregimiento de Fundación, estadía que le señala una senda viajera por toda la zona bananera.
Autóctono representante de la música Vallenata, de origen eminentemente campesino y dueño de un estilo inconfundible al ejecutar los aires de la música vallenata, de manera fundamental en lo que respecta al Paseo y al Merengue; es de tanta importancia su trayectoria que hoy se identifican escuelas que le siguen con orgullo. También se le atribuye haber sido un revolucionario del acordeón y haber creado un estilo único en el vallenato.
Luis Enrique fue conocido con el seudónimo de "El Pollo Vallenato" debido a que desde muchacho se metía a las parrandas a cantar y a tocar acordeón ganándose ese apelativo por el duelo de piqueria que generalmente ganaba.
VIDA ARTÍSTICA
Inicia su vida artístico-musical en 1947. Su condición de aserrador le dio pulso firme, seguro y estable al utilizar el acordeón, ejercicio que realizaba con la mayor solvencia. Su fijación temática fue la ganadería y, sobre todo los ganaderos de su ancha y querida Costa caribe.
En ese mismo año de 1947, un 8 de abril, contrae matrimonio con su eterna compañera Rosalbina Serrano De Oro, en Caracolicito, corregimiento de El Copey, Cesar.
A Fundación llegó a los 13 años de edad, en compañía de su madre Natividad Argote, luego de la separación con su padre. En esta población compuso su mejor canción "Jardín de Fundación".
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Luis Enrique |
Sus conocimientos musicales los perfeccionó con los músico de esta región, siempre reconoció en Pacho Rada, su formación en la ejecución del son. El paseo lo aprendió oyendo a músicos como ‘Chico’ Bolaño, Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales.
“El Pollo Vallenato”, inicia su vida musical en 1947. En una entrevista Luis Enrique habló sobre su vida artística:
“La región de Lagunita y la Sierra de los Brito, tienen para mí una honda recordación. Mi padre me llevó varias veces a esos lugares y allí se reafirmó mi vocación de ser acordeonero. Con los Brito éramos familia. En los Haticos, donde nací y siendo muy niño, escuchaba a los músicos tocar acordeón. Tenía como diez años y ya la gente hablaba de Francisco Bolaños Marshall. El músico de más respeto por toda la región. Eso decía mi padre y los que se enfrentaron a él. Luego lo conocí en 1940. Yo tenía 17 años y él ya era mayor.”
“Con mi hermano el negro Martínez, hice varias correrías por esos pueblos. En El Banco conocí a Juan Madrid, quien me enseñó a hacer voces y ser acompañado por su guitarra, que fue la novedad en mis presentaciones y que luego lo llevé a las grabaciones. Fue el músico que más influenció en mí.
Luego aparecieron Esteban Montaño (de Tasajera) y Andrés Paz Barros (de Ciénaga), quienes me enseñaron a tocar la Cumbia, ritmo que en nuestra región no se conocía. En mi tierra se tocaba merengue y paseo. Con ellos inicié mi vida musical en Barranquilla, que fue para todos los provincianos, la única salida de expresar lo que teníamos como músicos. Una veces tocaba el acordeón, otras la caja”.
Juan Madrid fue el guitarrista de toda su vida, que incluso se lo trajo de El Banco, a vivir en El Copey.
En el año de 1949 Luis Enrique Martínez, con el primer acordeón que llegó a Colombia de tres hileras, llamado "Dos Coronas", le dió a la cumbia el mayor aporte que ha recibido este ritmo con un acordeón. Desde entonces es inmortal “La Cumbia Cienaguera” que vive y vivirá recorriendo el mundo como un símbolo de la riqueza musical colombiana.
COMPOSICIONES Y TRAYECTORIA
Siempre reconoció a "Pacho" Rada como su maestro por excelencia y a Abel Antonio Villa, "Chico" Bolaños, Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales como los orientadores esenciales en la configuración de su estilo, autóctono e inconfundible. Cuando cumplió sus 25 años hizo su primera grabación:
Seis días a la semana y Recuerdos de Emilianito. La interpretación que hizo, al principio de su carrera, de la Cumbia cienaguera, es muy famosa. Con el tiempo se convirtió en el fiel intérprete de la antológica obra de Tobías Enrique Pumarejo, "don Toba".
Luis Enrique Martínez hizo la innovación que dividió en dos la evolución del vallenato: digitación de agilidad pasmosa y ejecución musical engalanada con adornos que imprimía notas y bajos, como creando repetición en el teclado. Sacó a la música vallenata de la ejecución monorítmica y la llenó de notas alegres, brillantes y armónicas, que aprovechaban todas las tonalidades del instrumento. Era un músico completo, recursivo, que sabía tocar y cantar a la vez.

En 1973 fue Rey del VI Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar, se convirtió en el fiel intérprete de la antológica obra de Tobías Enrique Pumarejo, "Don Toba".
El sexto rey vallenato logró su corona, después de dos intentos fallidos, el primero en 1968 y el segundo en 1971, la obtuvo el 30 de abril de 1973, ganándole a Julio de la Ossa y a Andrés Landeros, con un jurado de lujo compuesto por los reyes vallenatos de los cinco anteriores festivales: Alejo Durán, Colacho Mendoza, Calixto Ochoa, Alberto Pacheco y Miguel López.
OBRAS MUSICALES
La producción musical de su propia inspiración pasa de las cien obras y es el hombre que más variados contratos ha tenido, pues ha firmado con casi todas las casas disqueras nacionales. Entre sus obras se encuentran:
El Pollo Vallenato, La tijera, El hombre divertido, El Caribe, El resentido, La villa del Rosario, Las bodas de plata, La despedida, Qué dolor, Si ella quiere, Ana Victoria, Sueño español, No me hagas sufrir, Palomita volantona, El pobre Toño, La niña esquiva, Recuerdos de Emilianito y El jardín de Fundación canción dedicada a las damas de la ciudad que le abrió las puertas para volverse inmortal.
JARDÍN DE FUNDACIÓN
Su máxima obra la intituló "Jardín de Fundación", un verdadero himno para esta ciudad, un homenaje suyo a las mujeres de Fundación, ciudad que lo vio hacerse grande. Es su canción más querida, representativa e inmortal:
Fundación es un jardín,
Es el mejor pueblo
del Magdalena
del Magdalena
Esa tierra está bendita
Y ha sido buena pa' la mujer.
Se ven como mariposa
en la primavera,
en la primavera,
Embelleciendo sus calles
al atardecer
al atardecer
Saben que fundación
tiene un gran jardín
tiene un gran jardín
De distinguidas flores
para un altar
para un altar
Sólo en sus lindas calles
se ven lucir
se ven lucir
Y como mariposa
se ven volar
se ven volar
Y yo como enamorado
me quedo en ese
Jardín florido
Jardín florido
He pasado entre las rosas
cuidándolas
cuidándolas
Para que lleguen toditas
las mariposas
las mariposas
A ver si puedo escoger
a la que yo quiero
a la que yo quiero
Yo soy el jardinero
de ese jardín
de ese jardín
cuido las mariposas
con devoción
con devoción
Y no permitiré
que otro venga aquí
que otro venga aquí
A llevarse las rosas
de fundación
de fundación
Fundación es el jardín
En donde recrean
lindas mariposas
lindas mariposas
Allí he pasado mi tiempo,
Cantándole para divertirlas
Entre todas yo cogeré
la más hermosa
la más hermosa
Para quedarme
con ella toda la vida
con ella toda la vida
Una mariposita
voy a escoger
voy a escoger
Pero de lo mas lindo
de ese jardín
de ese jardín
De esas que bien
bonitas se ven lucir
bonitas se ven lucir
En esas lindas
calles al atardecer.
calles al atardecer.
Jardín de Fundación
Interpretada por Luis Enrique
Año 1959 ganó el último concurso de acordeón que se celebró en Fundación auspiciado por don
ESCUELAS MUSICALES
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Luis Enrique es creador de la escuela de “los virtuosos”, porque fue el primero que se preocupó por la digitación ágil y segura “sin pelar pitos”. Desde Luis Enrique se inició hablando de escuelas, como es el caso que revela en su obra, "Cultura Vallenata", el Doctor "Tomás Darío Gutiérrez", cuando Luis Enrique Martínez, dijo "Yo tengo de las dos escuelas - se refiere al definir su estilo - porque aprendí el Son del maestro "Pacho Rada"; el Paseo lo aprendí oyendo a músicos como Lorenzo Morales, Emilianito Zuleta y Chico Bolaños.
También se le llamó "el Pacificador" porque por allá en 1955, cuando la piqueria entre Samuelito, los Serna y los hermanos Luis, Felipe, Alejo y Nafer Durán, cuyos versos eran muy ofensivos, él fue al El Paso y reunió a los acordeoneros y a sus seguidores para cerrar el pacto de no ofenderse más.
Se le reconoce como un innovador que evolucionó el vallenato: al digitar con gran agilidad, ejecutar con adornos que imprimen notas y bajos, como creando repetición en el teclado. Sacó a la música vallenata de la ejecución monorítmica y la llenó de notas alegres, brillantes y armónicas, que aprovechaban todas las tonalidades del instrumento. Era un músico completo, recursivo, que sabía tocar y cantar a la vez.
Se le atribuye erróneamente la autoría de la Cumbia Cienaguera, y la historia de ese error es la siguiente:
Siguiendo el relato del historiador Edgar Caballero Elías, el singular origen de la magnífica pieza, origen que da cuenta de las vicisitudes que ha debido enfrentar el músico y compositor colombiano cuando ha tenido que adecuarse a las exigencias de la dinámica comercial.
El maestro Andrés Paz Barros compuso la melodía en 1937, cuando dirigía la orquesta “Armonía Ciénaga” y Humberto Díaz Granados, integrante de la orquesta, creó para ella unos jocosos versos y le dio por título a la pieza: “La Cama Berrochona”:
Dormí, dormí, dormí
¡ay! en tu cama berrochona,
anoche dormí con Juana
y la otra noche con La Mona.
Con estos versos, la sensual melodía fue disfrutada por años en los tradicionales salones de baile de la comarca cienaguera. Pero en 1949, un acontecimiento le cambiaría a la pieza su destino: Luis Enrique Martínez, de excepcionales virtudes interpretativas, decidió visitar al maestro Paz Barros con el fin de aprender el arte de leer el pentagrama. Tenía 27 años y ya se le conocía con el remoquete de El Pollo. En una de sus tantas visitas escuchó “La Cama Berrochona” y fascinado con su despliegue melódico la llevó al acordeón, con tal destreza que Toño Fuentes se interesó en ella para efectos de grabación. Sin embargo, su “olfato” de empresario consideró inadecuada la letra de la canción para tal fin. En esta encrucijada interviene Esteban Montaño, compositor de tradición, y crea, en un acto redentor, los bellos versos que hoy son conocidos universalmente bajo el título de “La cumbia cienaguera”.
Muchachos, bailen la cumbia,
porque la cumbia emociona,
la cumbia cienaguera
que se baila suavesona.
El Pollo grabó la canción en 1951, convirtiéndose en su primer éxito comercial, con la particularidad de que sale rotulada a su nombre, lo cual, como era de esperarse, generó la polémica: ¿de quién es “La Cumbia Cienaguera”? ¿Es de Paz Barros? ¿Es de Luis Enrique Martínez? ¿Es de Esteban Montaño? Las demandas, dice don Edgar Caballero Elías, no se hicieron esperar; fueron legítimamente interpuestas por los susodichos, reclamando la participación en su autoría.
Las regalías fueron entonces congeladas hasta 1963, cuando se oficializó la autoría compartida, en el Juzgado Segundo Municipal de Ciénaga, así: autor de la melodía, Andrés Paz Barros; autor de la letra, Esteban Montaño; arreglista e intérprete, Luis Enrique Martínez. De esta manera, la triple paternidad de “La cumbia cienaguera” no sólo descongeló las regalías, sino que le dio a la canción un fundamento histórico-musical de gran solidez y difícilmente repetible en otra obra."
El grupo presente en la grabación lo integraron: Modesto Padilla en la caja, Juan Madrid con la guitarra, José Benito Barros acompañó con un golpe de tambora. Con este brillante elenco la etiqueta del disco de 78 R.P.M fue así rotulada: “Luís Enrique Martínez con su Conjunto Lírico Vallenato”.
ACORDEÓN
Quiso el destino que le hubiese correspondido a Luís Enrique Martínez el gran privilegio de tocar el primer acordeón con treinta y un botones y doce bajos que llegó al país traído por Antonio “Toño” Fuentes."
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Acordeón negro de 31 botones y 12 bajos |
“Toño” Fuentes, gran visionario de la música popular colombiana acostumbraba traer en sus viajes internacionales los mas modernos instrumentos que ofrecieran mejor calidad de sonido a sus artistas. Estaba recién llegado de New York y entre las novedades que trajo llamaba la atención un acordeón negro, de tres hileras, marco cuadrado, referenciado como “Dos Coronas” y fabricado por la casa Hohner que sin dudas iría a revolucionar la limitada ejecución que con el de dos hileras alcanzaban los músicos del fuelle en esos momentos. Con este novedoso y más completo instrumento fue que Luis Enrique montó e hizo los arreglos de la famosa “Cumbia cienaguera”.
RESUMEN
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Luis Enrique, Don Tito y Don Toba |
Siempre se recuerda con nostalgia las melodías de antaño, Luis Enrique interpretaba el son de Pacho Rada, el paseo y el merengue de los músicos de su tierra y sus obras musicales que emergían de sus vivencias. Es Imposible olvidar la puya "Francisco el Hombre", que le compuso a este legendario acordeonero que conoció en Machobayo, un caserío cercano a Riohacha. También aprendió a tocar la cumbia con Andrés Paz, autor de la melodía de "La cumbia cienaguera" a la que le hizo los arreglos musicales y la grabó en 1951 con un novedoso acordeón de tres hileras. Esta cumbia considerada por la Sinfónica de Londres como una de las grandes obras populares del mundo, fue presentada en Suecia con ocasión de la entrega del premio Nobel de Literatura a Gabo.
Fue uno de los primeros músicos que grabó composiciones vallenatas, en ellas se destaca las figuras que creaba con los bajos, diferente al marcante tradicional de sus antecesores, esta genialidad y versatilidad engrandeció nuestra música. La interpretaciones de sus canciones siempre llevaban una introducción melodiosa y mantenía la misma tonalidad en su acordeón, aunque pasara de una hilera a otra. Este Rey Vallenato que se destacó como acordeonero, cantante, compositor y verseador, dejó un legado inmenso. Sus interpretaciones son la sublime conjugación de los instrumentos con el cantante. Sus innovaciones gestaron una escuela con muchísimos seguidores, donde los bajos armonizan y enaltecen las melodías. Él lo dice en su composición El gallo jabao: "Soy el gallo peligroso con la espuela, (los bajos ) y con el pico, ( los pitos)" "Oigan muchachos, oigan la nota como toca el Vallenato."
Fue uno de los primeros músicos que grabó composiciones vallenatas, en ellas se destaca las figuras que creaba con los bajos, diferente al marcante tradicional de sus antecesores, esta genialidad y versatilidad engrandeció nuestra música. La interpretaciones de sus canciones siempre llevaban una introducción melodiosa y mantenía la misma tonalidad en su acordeón, aunque pasara de una hilera a otra. Este Rey Vallenato que se destacó como acordeonero, cantante, compositor y verseador, dejó un legado inmenso. Sus interpretaciones son la sublime conjugación de los instrumentos con el cantante. Sus innovaciones gestaron una escuela con muchísimos seguidores, donde los bajos armonizan y enaltecen las melodías. Él lo dice en su composición El gallo jabao: "Soy el gallo peligroso con la espuela, (los bajos ) y con el pico, ( los pitos)" "Oigan muchachos, oigan la nota como toca el Vallenato."
Confesó haber aprendido su arte con otros maestros conocidos en el medio de la vallenatología, como es el caso que revela en su obra, "Cultura Vallenata", el Doctor Tomás Darío Gutiérrez, cuando Luis Enrique Martínez, dijo "Yo tengo de las dos escuelas - se refiere al definir su estilo - porque aprendí el Son del maestro "Pacho Rada"; el Paseo lo aprendí oyendo a músicos como Lorenzo Morales, Emilianito Zuleta y Chico Bolaños. En la misma obra manifiesta haber conocido a "Francisco El Hombre".
Su obra es muy extensa; se cree que pasa de los 120 temas de su autoría e interpretación. Entre las más famosas se destacan: "El Jardín de Fundación", "El Pollo Vallenato", "La Tijera", y la versión internacionalizada de "La Cumbia Cienaguera".
Luis Enrique dejó una gran huella folclórica no solo en el Vallenato, también en Fundación donde vivió muchos años y donde se dio a conocer como artista. En este ciudad era usual encontrarlo debutando en sus famosas parrandas en el Hotel Buenos Aires, el cual quedaba al frente de lo que hoy es Autocentro el Rayo.
En el año 1959 se ganó el primer lugar del último festival de acordeones que organizó el Libanés
En el año de 1975 don Genito Andrade Bermúdez le obsequió a Luis Enrique Martínez un acordeón que le costó siete mil pesos, como agradecimiento por las múltiples parrandas que amenizaba entre los ganaderos que vivían en Fundación.
Desafortunadamente las nuevas generaciones de Fundanenses han desconocido ese gran legado y hoy no reconocen su obra. Han existido intentos por destacar su memoria por medio del Festival Luis Enrique Martínez, impulsado entre otros por el desaparecido y gran abogado Guillermo Sánchez Andrade, pero la falta de apoyo gubernamental y privado no han dejado que este certamen sea constante.
Ver también: Callate corazón
MUERTE
Martínez falleció en la ciudad de Santa Marta tras permanecer varios días en una clínica, internado por problemas de diabetes y una complicación prostática. Cuatro meses antes, Martínez había perdido uno de los dedos de su pie debido a la diabetes.
Su partida ocurrió el 25 de marzo de 1995, rodeado del calor y afecto de su compañera perseverante Rosalbina Serrano, a ese sepelio asistió el ex Alcalde de Barranquilla, el fundanense Edgar George González, y múltiples exponentes de la música vallenata. Fue sepultado en el cementerio Jardines de Paz de Santa Marta
Lengua
(Paseo)
Me gusta Chivolo
por que el pueblo es bueno
por que el pueblo es bueno
tiene vida propia
y ambiente muy sano
y ambiente muy sano
solo a dos personas
hay que tenerle miedo
hay que tenerle miedo
a Pacho Parrado
y a José Lozano
y a José Lozano
solo a dos personas
hay que tenerle miedo
hay que tenerle miedo
a Pacho Parado
y a José Lozano
y a José Lozano
dicen que Chivolo
vivía embaucado
vivía embaucado
y muchas personas
hacían negocios buenos
hacían negocios buenos
ahora dicen que el diablo
se ha retirado
se ha retirado
desde que Jose y Pacho
están en el pueblo
están en el pueblo
no me imagino porque
se ha ido el diablo
se ha ido el diablo
hombre tan malo
y de tanto poder
y de tanto poder
no me imagino
porque se ha ido el diablo
porque se ha ido el diablo
hombre tan malo
y de tanto poder
y de tanto poder
andan diciendo
que pacho y lozano
que pacho y lozano
lo andaban buscando
pa hablar con el
pa hablar con el
andan diciendo
que pacho y lozano
que pacho y lozano
lo andaban buscando
pa hablar con el
pa hablar con el
si el diablo se ha ido
es que algo sospechaba
es que algo sospechaba
de José Lozano
y de Pacho Parrado
y de Pacho Parrado
de que esa lengua brava
se fue de chivolo
y nunca ha regresado
y nunca ha regresado
de que esa lengua brava
se fue de chivolo
y nunca ha regresado
y nunca ha regresado
ellos personalmente
no es que sean malo
no es que sean malo
es que tienen l
a lengua bien afilada
a lengua bien afilada
pobre aquel que llegue
pidiéndole un trago
pidiéndole un trago
a donde tienen
su parranda formada
su parranda formada
pobre aquel que llegue
pidiéndole un trago
pidiéndole un trago
a donde tienen
su parranda formada
su parranda formada
y llega un pobre
le da los buenos días
le da los buenos días
ya dice Jose
llego la mala suerte
llego la mala suerte
entonces Pacho
le pone la jillete
le pone la jillete
y sientete negro
no vas a la elvia
no vas a la elvia
a Jose y Pacho
no se lo que les pasa
no se lo que les pasa
no gustan de pobres
ni gustan de negros
ni gustan de negros
si es pa parrandear
toman con el de plata
toman con el de plata
porque ese ha sido
la costumbre de ellos
la costumbre de ellos
Jose y Pacho
son de lengua terrible
son de lengua terrible
ya tienen fama
en la nación entera
en la nación entera
Jose y Pacho
son de lengua terrible
son de lengua terrible
ya tienen fama
en la nación entera
en la nación entera
hombe Enrique Martínez
cuando llega
a la tierra chivolera.
a la tierra chivolera.
CANCIÓN:
(En honor a Clemente Rada, Jaime Bornacelli y Guillermo Sánchez)
FOTOGRAFÍAS
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Don Efraín Sánchez, Don Francisco Sierra y Luis Enrique |
Ver también: La Casa de Luis Enrique
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