agosto 15, 2021

BURDELES FUNDANENSES


El ferrocarril de Santa Marta que cubría la ruta Santa Marta - Fundación, junto con la la compañía frutera popularmente conocida como la “Yunai” (United Fruit Company), permitió no solo el surgimiento de Fundación, sino también su desarrollo vertiginoso, este medio de transporte originó un movimiento de migrantes nacionales y extranjeros que le dieron vida al nuevo poblado, pero junto con el progreso llegaron también las malas costumbres, la proliferación de burdeles y casas de lenocinio.

Del tren no solo desembarcaba mercancías, comerciantes, operarios férreos, obreros, cosechadores de banano y juglares del vallenato, también descendían meretrices, mujeres de la “vida alegre” que llegaban a Fundación buscando progreso económico con la profesión más antigua del mundo. Igual fenómeno se presentaba en Santa Marta y Ciénaga.

Se fueron estableciendo áreas de tolerancias tanto alrededor de la estación del tren, como en sectores marginales de la malla urbana, y cuando aparecieron los vehículos y las vías hacía Aracataca y Pivijay se establecieron en sectores rurales.

Fundación imitando a Santa Marta, también tuvo su calle “de las piedras”, con pasajes y casas de prostitución. También aparecieron los bares y cantinas para satisfacer las necesidades de bajo vientre de los vaporinos, los marimberos y su desbarajuste de billetes salidos de madre, al igual que de los comerciantes y campesinos del banano que recibían pagas semanales.

A medida que fue apareciendo la energía de la “Mocha”, en crescendo titilaban los bombillos de colores, o las luces de neón multicolores de los avisos publicitarios de estos metederos del bajo mundo,

En estos amanecederos los valores diferían entre quince centavos el rato de placer, hasta un peso con cincuenta centavos o dos pesos estrictos. En los negocios de mejor posicionamiento la amanecida con la puta, daba derecho a que, al cliente, le sirvieran un desayuno con bistec de carne, patacón y una taza de café con leche.

Las tarifas no eran estables ya que dependía de la calidad, juventud y experiencia de la puta, pero también fluctuaba como cualquier sistema de comercio, entre la oferta y la demanda.

Cada bar tenía un bombillo rojo en la puerta y una damisela de carne y hueso, sentada, la cantina era atendida generalmente por homosexuales, los más recordados fueron Tom y Mañe, que además de expertos en cocina se encargaron de desarrollar a más de un fundanense.

Algunos putiaderos se convirtieron en el centro social gubernamental y político, donde de noche o plena luz del día se festejaban las posesiones de Alcaldes, Concejales, Jueces y banqueros, se gobernaba desde los mismos o se acordaban negocios, el más famoso fue El Cocuyo, el cual estaba ubicado en la carretera entre Fundación y Aracataca.

Los clientes que deseaban llevarse a una vagabunda para sus parrandas en fincas, debía pagarle una multa al dueño del prostíbulo como sanción.

Esas mujeres, a las que denominaban “las collas”, sin saberse el origen de ese término, debían desfilar todos los lunes a una inspección sanitaria en el hospital San Rafael, para verificar la asepsia del instrumento de trabajo, donde le expedían un carnet donde constaba la carencia de cualquier infección que pusiera en peligro y riesgo al usuario del servicio, y donde los agentes zooprofilácticos, le hacían ver que “si no le temían a Dios, le temieran a la sífilis”, para persuadirlas del cumplimiento fiel de esta rutina sanitaria.

En los años 50 y 60s operó en la calle de “La Piedra”, –hoy calle 11 entre carrera 9 y 10–, quedaban al final las casas de citas: llamada Barrios, de ahí surgió el término despectivo “esa mujer es del barrio”. 

En una ocasión una imprudencia de uno de los habitantes del sector ocasionó un incendio y se quemó toda esa cuadra, que eran las últimas casas hasta donde llegaba la ciudad Fundación. Esos lenocinios en los 60s eran el final del pueblo y llegaba casi al final de la calle de las avispas (calle 9a). Esa franja desde la calle 11 hasta la calle de las avispa habían pequeños negocios de la actividad más antigua del hombre, en lo que hoy es la karrera 10.

Los bares y prostíbulos más famosos y recordados eran:
  • Los Cocuyos: en la vía a Cataca.
  • El Recreo: en la vía a Cataca.
  • Toro Sentao: Entre Cataca y El Retén.
  • El Sandra: En la vía a Pivijay (hoy Vera Judith).
  • El África: Por la Bomba San Rafael
  • Machimbre: Por el parque Los Varaos
  • Rancho Alegre: Frente al Teatro Variedades
  • La Tasca: en el Mercado público.
  • Canal de Panamá.
  • Las sonrisas de Juanita.
  • Los recuerdo de ella.
  • La cita de Iguarán: en la calle 6.

Ver también: 


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