diciembre 11, 2013

LA PARRANDA VALLENATA



La parranda es, esencialmente, un rito de amistad. La más alta celebración que se hace por motivos muy especiales y en honor de alguien o algo que se quiere exaltar. Los contertulios se sitúan alrededor del conjunto de música vallenata y en medio de gran silencio y atención escuchan los cantos que éste interpreta. Entre canto y canto aparecen las chistes, las anécdotas, los cuentos, las historias que dieron origen a algunos cantos, mientras el licor circula profusamente entre los invitados que finalmente, bien avanzadas las horas, acaban degustando el suculento sancocho que ha estado hirviendo en los fogones debajo del cómodo palo de mango que está en el patio de la casa.


Daniel Samper Pizano y Pilar Tafur, en uno de sus escritos, destacaron que las tres culturas que se unieron en nuestra América ya tenían algunos elementos musicales comunes. Por ejemplo, las tres conocieron la percusión, las tres emplearon el canto antifonal -un solista que canta y un coro que responde- y las tres desarrollaron fiestas populares alrededor de la música: los antillanos las llamaron  areitos ; las de los españoles se conocen con diversas expresiones, desde los  seises  del Corpus Christi andaluz hasta los  guateques  campesinos o las  rumbas  urbanas; y en ciertos pueblos africanos se llamaron  bembe .

Parranda Fundanense,
conjunto del Niño Villa

Eran muchas las familias fundanenses que patrocinaron este folclor y esta tradición que hoy se está perdiendo, pero sin lugar a dudas fueron los Andrade, González, Bornacelly, Sánchez, Gamarra y Rada, entre otros, quienes se destacaron por auspiciar en sus casas, fincas. y festividades este encuentro social.



En Fundación era frecuente encontrarse con los juglares del Vallenato haciendo su debut con su folclor, al punto de que grandes maestros de este género musical vivieron en esta ciudad, como lo fueron Luis Enrique Martínez, Juancho Polo Valencia, Chelo Rojano, entre otros. Era habitual encontrar tocando a Luis Enrique Martínez  en el hotel Buenos Aires; a Emiliano Zuleta, Julio de la Ossa y Andrés Landeros en el hotel Ariguaní; En la Piragua a Abel Antonio Villa; en el Bar la Ola a Juancho Polo Valencia ; y Armando Zabaleta en la casa de Jaime Bornacelli entre otros.


CAMILO GEORGE

Fue en Fundación, donde nacen los concursos de música de acordeón. 

El libanés CAMILO GEORGE CHATME, quien había llegado a Fundación en 1944 abrió un almacén llamado La Casa George, que era una Miselánea de productos entre los que se encontraban los acordeones europeos, decidió en 1948 promover y patrocinar un corcuso de música de Acordeón  al frente. de su famoso Almacén, el cual estaba ubicado frente a lo que hoy es el BBVA, entregando como premios artículos del mismo almacén. 

El Señor George se convirtió en el pionero en  Colombia que puso a competir a los autores de las parrandas en la región y tuvo tanta acogida ese concurso que en los años siguientes Rafael Escalona y Gabriel García Márquez hicieron lo propio en Aracataca y luego esa costumbre es acogida en Valledupar y es lo que hoy se conoce como el Festival Vallenato.


Gabo y Zabaleta



En la provincia se creo la parranda vallenata


Es fácil imaginar que los juglares al llegar a un caserío, para brindar en sus cantos las anécdotas del momento, unieron a sus vecinos ya la comunidad en general. Igualmente se puede suponer que así nació la parranda vallenata, que en ella misma nació la piquería, al encontrarse y ser enfrentados dos acordeoneros en un mismo pueblo, y que fue la forma en la cual se crearon los géneros vallenatos.


La parranda vallenata, en su desarrollo, tomó un camino distinto al de los bailes de la  cumbiamba  y al de los coros y de las palmas de la  tamborera , los generos que antecedieron y acompañaron en su nacimiento al vallenato. Su principal característica es que en la parranda vallenata el verdadero y único protagonista es el acordeonero con su canto, en otras palabras, la música y la historia que la rodea. Y en cada parranda la historia musical se transforma, perfecciona o crea una nueva historia, porque los asistentes que la escuchan la complementan. Para la música vallenata la parranda tiene una gran importancia en la medida en que los acordeoneros o cualquiera de los asistentes narran la historia de los cantos que van a ejecutar, generando un intercambio de información que los mismos acordeoneros vuelven a utilizar en sus cantos, alimentados. con las nuevas historias y anécdotas.

Los Villa

Hasta la parranda van llegando los compadres, verdaderos o no. No se requiere una invitación especial, basta saber dónde se ha formado y aparecer allí. Por cuenta del anfitrion corren el licor y la comida.

No se baila y ningún asiento puede darle la espalda a otro. No hay horarios y mientras dura, que pueden ser varios días, se vienen en forma continua. El historiador Ciro Quiroz describe:

"El sancocho de la parranda burbujea a la luz de un fogón sobre el cual reposa una olla sin vigilancia alguna, que de vez en cuando, recibe la visita del sancochero mayor, primero que lo prueba y con bastante frecuencia. Al lado, otra cuadrilla de sancocheros, también parranderos, permanece a la expectativa para sostenerse el comiso con la complicidad de algunos de los presentes. La finalidad no es grosera, solo busca demostrar destreza. Algunos parranderos especializados en robar sancochos son vigilados sigilosamente".

Se bebe en forma abundante y es un ritual, porque se respeta un orden para repartir el licor, orden que nunca cambia: el primer sorbo es para el acordeonero, el segundo se le sirve al cajero y el tercero al guacharaquero, después la botella va. de mano en mano y de boca en boca entre los asistentes, en rondas sucesivas.

La verdadera parranda vallenata solo admite los instrumentos tradicionales y de vez en cuando cuando se hace la concesión de una guitarra.


Luis Enrique Martínez 


Vale la pena destacar la caracterización que hacen en la película El Acordeón del Diablo, producción alemana de Stefan Schwietert realizada en el 2001, sobre lo que es una parranda vallenata:

"Una parranda vallenata es una colección de gente bajo el tejado férrico arrugado de una barra o casa. Las noticias se extienden aleatoriamente de boca en boca, -Eh Juan, vamos para la casa de Pacho, -OK HOMBRE".

Cada vez llegan más personas a la celebración entusiasmadas por el sonido del acordeón. Una botella de ron se pasa desde el pórtico alrededor ya que ninguna parranda está completa sin la bebida. Si hay varios tocadores de acordeón allí, no hacen esperar las llamadas para un concurso conocido como la 'piquería' que se ejecuta como una pelea de gallos. Los que tocan el acordeón se paran en sentidos opuestos y prueban sonidos con los instrumentos. Cada cantante debe adoptar las últimas dos líneas de su antagonista y luego debe agregar dos nuevas estrofas para la contestación. El concurso se acompaña del estímulo vivo y el aplauso de la muchedumbre, que luego finalmente escoge al ganador."


El historiador Ciro Quiroz expresa que las parrandas han llegado a tal grado de perfeccionamiento, que existen parranderos reconocidos y su asistencia determina el éxito y esplendor del encuentro. En Valledupar y regiones aledañas se destacaron Jaime Molina y Alfonso Pimienta Arregoces, ya difuntos, que dejaron todo un anecdotario. El último de ellos puso a su olla sancochera La Municipal y Alcalde al cucharon porque por su intermedio todo el mundo comería.

Lo más importante es que en la parranda las anécdotas van siendo recogidas por los acordeoneros, trasladadas a los cantos y difundidas en otras localidades, con lo cual el humor, la música y la costumbre de describir éxitos se enriquecen. 




LA PARRANDA VALLENATA

Por: Jorge Nain Ruiz 
30 de septiembre de 2005
El Tiempo



Debo remitirme a la hermosa obra de Consuelo Araujonoguera llamada LEXICON DEL VALLE DE UPAR, donde define la parranda vallenata así: “Reunión musical que antiguamente se hacía de manera repentina e improvisada con el solo fin de escuchar a los más destacados interpretes del acordeón y en ¿Dónde solo podrían participar los hombres? Consistía en una reunión más o menos numerosa de amigos ligados entre sí por la afición a un músico determinado, que se ubicaban preferentemente en los patios o traspatios de las casas, bajo el sombrío de los árboles, sentados en taburetes de cuero durante largas horas y A veces, días enteros, mientras escuchaban al músico: Si de pronto apareció un contendiente de renombre la parranda se convertía en piquería y alcanzaba su más sublime expresión. 

Lo único que se hacia en las parrandas aparte de oír al acordeonero, era beber enormes cantidades de licor y degustar suculentos sancochos y otros platos típicos de la cocina criolla, complemento indispensable de estas reuniones. La costumbre aún se mantiene con todos los elementos auténticos que la formaron: acordeoneros, licor, comida, chistes, cuentos, anéotas, versos que se improvisan a los presentes, etcétera. Lo único que ha variado (para mejorarla) es que ahora sí se permite la presencia de mujeres como de adolescentes” 

Hay un merengue de Poncho Cotes Junior que describe muy bien esa actividad y que dice: 

…Una parranda en el Plan 
En casa está la vieja Sara 
El acordeón de Toño Sala 
que nunca podré olvidar. 

La fuerza de la costumbre ha decantado unos códigos en la PARRANDA VALLENATA que entre nosotros son sagrados, pero que cualquiera por ignorancia puede transgredir y por lo menos no se hace acreedor al honor de ser llamado “Buen Parrandero”, he aquí las principales reglas o normas: 

1) Al sentarse no se le puede dar la espalda a nadie.
2) No se puede bailar. 
3) Al llegar un amigo se le recibe con un fuerte abrazo. 
4) Mientras se ejecuta el acordeón está terminantemente prohibido hablar. 

Luego entonces la PARRANDA VALLENATA es un homenaje a la música, los artistas lo entienden así, por eso en ese momento le imprimen reverencia y máxima consagración a su oficio, saben que todo el mundo les está poniendo atención, en las verdaderas parrandas vallenatas los músicos. no cobran por tocar, pero los parranderos al finalizar la misma le hacen obsequios que también puede ser dinero. 

Ojalá todo aquel que quiera hacer una verdadera parranda vallenata nos ayude a conservar esa hermosa tradición que se constituye en el ritual más solemne de nuestra música. 

NIÑO VILLA
Galván en la caja
Oct. 1994







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