Buenos Aires
corregimiento de Aracataca
A partir de 1906 se constató en esta zona, la existencia de tres poblaciones distintas: La Envidia, Buenos Aires, y San Carlos de La Fundación |
El origen de Buenos Aires comenzó con el ferrocarril de Santa Marta el 22 de Octubre de 1906.
Antecedentes
El 17 de junio de 1882 se iniciaron las obras del Ferrocarril de Santa Marta, proyecto que se concibió con el propósito de unir el puerto de Santa Marta con algún punto del río Magdalena, atravesando primero la Zona Bananera. En ese recorrido se tenía previsto que este medio de transporte pasara por poblaciones existentes entre ellas San Carlos de La Fundación, pero por el relieve de su superficie no fue posible.
En vista de ello la compañía elaboró el trazado de la línea férrea desde Aracataca en línea recta hacia el sur, con destino a la finca Buenos Aires, ubicada a margen derecha del río Fundación o San Sebastián, para terminar del otro lado del afluente en lo que hoy es la calle 3 del municipio de Fundación, en donde al costado norte del trazado férreo quedarían los predios de Manuel Faustino Mojica, hoy Barrios Chimila y La Magdalena, y al costado sur la finca San Francisco de Fundación del General Sergio Rosellón, el cual tenía una división llamada “La Envidia” hoy barrio centro .
En el año 1906 ante el avance de las obras, y al no existir todavía puente sobre el río Fundación, el cual fue terminado en 1911, se tuvo que el terminal ferreo quedara en suelos de la Finca Buenos Aires, que era propiedad de don Alberto Barbosa, natural de La Mesa, Cundinamarca.
Para el año 1989 la finca Buenos Aires, estaba localizada en jurisdicción del Municipio de Ciénaga (llamado San Juan Del Córdoba), en áreas del corregimiento de Aracataca, cuya capital se denominaba Cangrejal, y cercana al caserío de San Carlos de La Fundación. En el año 1892 se creó el Municipio de Pueblo Viejo y Aracataca pasó a ser corregimiento suyo.
Varios informes de la época daban cuenta de la fertilidad de la tierra de toda esta zona agrícola del Magdalena. En 1899, C. Michelsen escribió en su informe presentado al Ministro de Hacienda:
“En ningún lugar del mundo he visto terrenos tan fértiles y clima tan adecuado para el cultivo de cacao y plátano como son los de las llanuras que recorre y atraviesa el ferrocarril de Santa Marta” (Diario Oficial, 1899).
Ferrocarril de Santa Marta
El ferrocarril se comenzó a construir en Santa Marta el 17 de junio de 1882; a los cinco años llegó a Ciénaga (1887); a Río Frío en 1892; en 1894 a Sevilla; y a los veinticuatro años, el 22 de octubre de 1906, arribó a Buenos Aires, lugar donde se construyó la estación final del recorrido. En 1911 pasó a La Envidia, hoy municipio de Fundación, donde se colocó hacia el suiche de retorno, y a donde en 1923 fue trasladado el terminal férreo.
Por obstáculos orográficos, la compañía férrea consideró necesario sacar del trazado del proyecto a la Nueva Fundación de San Carlos de San Sebastián, llamada abreviadamente con el nombre San Carlos de La Fundación, o simplemente La Fundación. Esta población al estar ubicada en la parte baja de las estribaciones de la Sierra Nevada presentaba condiciones de relieve y geográficas desfavorables para la línea férrea. Al quedar por fuera del trazado como lo contemplaba el proyecto, se aceleró su desaparición ya que venía en declive poblacional, el cual se produjo definitivamente en el año 1939. Estaba ubicada en lo que hoy es la Hacienda Bocatoma, este hecho produjo el surgimiento de nuevos poblados como Buenos Aires y La Envidia, hoy Fundación.
Inauguración en Buenos Aires
En el año 1906, luego de múltiples contratiempos y prórrogas, el ferrocarril llegó a la finca “Buenos Aires”, donde su Estación fue inaugurada el 22 de octubre del mismo año.
Dado que en finca no había poblado alguno, y por estar a pocos kilómetros de San Carlos de La Fundación, y por encontrarse a orillas del río Fundación, a esta terminal el gobierno le dió el nombre de Estación Fundación. Por esta denominación en el gobierno nacional hubo confusiones a la hora de referirse al caserío que se comenzó a conformar y que los primeros pobladores siguieron llamando Buenos Aires, y el gobierno erráticamente llamaba Fundación.
Discurso de Inauguración
El discurso en el Terminal Férreo fue del escritor cienaguero don Demetrio Daniel Henríquez.
“Fundación, 22 de octubre de 1906.
Señor PH Marshall.-
Gerente de la Santa Marta Railway Co.-
Presente.
Gerente de la Santa Marta Railway Co.-
Presente.
Muy Señor mío: Uno con mucha satisfacción mi sincero aplauso al de todos los hijos del Magdalena al ver realizado por Usted la parte principal de una obra en la cual todos estamos vivamente interesados.
La casualidad me ha hecho la señalada merced de haber sido testigo presencial de la entrega que ha hecho Usted al público, de la nueva carrilera, nueve días antes de cumplirse la fecha fatal, y me siento orgulloso de que el Departamento de mi nacimiento alcance su prosperidad mediante la fe que en Usted tiene. Ya no se perderán estérilmente los frutos de la rica Zona que el Ferrocarril atraviesa, y todas estas poblaciones sacadas a luz en buena hora por Usted, bendicen su nombre y el del Gobierno presidido por el Señor General Rafael Reyes, por el interés que ha tomado en verificar este cambio tan favorable a nuestra vida y porvenir.
Sírvase aceptar, Señor, esta manifestación espontánea de su atento ss DD Henríquez.”
Para la inauguración del Ferrocarril, el Inspector Interventor de “The Santa Marta Railway Co. Limited”, Señor Emigdio Pablo Solano, nacido en San Jacinto, militar conservador de la Guerra de los Mil Días, invitó a un grupo de cataqueros, quienes en tren expreso se desplazaron a la finca Buenos Aires. De regreso, enviaron el siguiente telegrama al Señor Presidente de la República:
“Aracataca, 22 de octubre de 1906.-
Excelentísimo General Reyes.- Bogotá.- Al amparo de la paz, que a costas de tantos sacrificios ha conservado Su Excelencia, se terminó ayer la línea férrea que conduce a Fundación. Os felicitamos complacidos por el gran bien que reportamos los hijos del trabajo.
Firmado. José Rosario Durán, Agustín Ferrer, Luis Porto, Juan S. Porto, Isidro Fuentes, Francisco Buelvas, Faustino Mojica y otros más”.
El ferrocarril atrajo a nacionales y extranjeros
Bastó que se diera al servicio el ferrocarril y se iniciaran las exportaciones de banano para que este imán atrajese por igual a nacionales y extranjeros. El ferrocarril polarizó la inversión hacia la región. Las cumbiambas, los fandangos y las gaitas de millo llegaron de los pueblos ribereños y se encontraron en la Zona. También llegó la prostitución, y los extranjeros no olvidaron sus pianos, pianolas, organetas y acordeones.
Se bailaba la polca, la mazurca y el vals. Y en los comisariatos de la “United Fruit Company” permanecieron las últimas novedades para los apetitos de consumo, traídos por la gran Flota Blanca de esa compañía.
El tren antes de que existiera el puente sobre el río Fundación, no tenía donde hacer el giro de retorno, por ello la locomotora debía regresarse en rever hasta lo que hoy se conoce como Polvorita, en la entrada a El Retén. Después de construido el puente sobre el río Fundación, en La Envidia fueron construyéndose los apartaderos con intercambiadores o swiches, así como un triangulo ferroviario, que permitían la operación de retorno a Santa Marta: la máquina con sus vagones entraba por todo lo que hoy es la calle 3, llegaba hasta aproximadamente la carrera 12, en inmediaciones de donde quedaron las instalaciones de IDEMA, y para hacer su operación de retorno tomaba el suiche interruptor o cambiavía que se colocó en la unión triangular de la hoy carrera 10. El tren en la carrera 10 llegaba hasta la calle 8, en inmediaciones del ICA, donde habían corrales para embarcar o desembarcar semovientes.
Visita del Presidente Reyes
El 25 de abril de 1908, el Señor Presidente de Colombia, General Rafael Reyes, recorrió los trabajos del ferrocarril desde Santa Marta hasta el río Fundación, y al llegar al terminal férreo ubicado en Buenos Aires encontró los primeros pobladores tanto de Buenos Aires como los del otro lado del río que comenzó a identificarse como La Envidia (Hoy municipio de Fundación).
El presidente Reyes en el trayecto encontró que se carecía de campesinos suficientes para sacar adelante los cultivos de banano que se habían previsto desarrollar entre la zona bananera y el río Fundación.
En vista de esto, el general Reyes acogió la idea de crear la Colonia Militar, Agrícola y Penal del Magdalena, que fue conocida luego como la Colonia Penal de Fundación, constituyéndola mediante Decreto Ejecutivo 472 del 30 de Abril de 1908. Este acto de gobierno tenía como objetivo adjudicar tierras baldías sobre todo a los Militares de la guerra de los mil días, y traer penados de varias partes de colombina para que sirvieran de mano de obra en los terrenos adjudicados.
La población civil para que no se mezclara con los penados se asentarían a la otra orilla del río Fundación, donde ya existían algunos pobladores, los cuales eran contratistas u obreros del ferrocarril, y se estaban radicando en lotes de la finca San Francisco de Fundación, adjudicada por la Nación al General Sergio Mario Rosellón, en Noviembre de 1903, el nuevo poblado adquiría el nombre de La Envidia.
Ver también: Presidente Reyes en Buenos Aires
Colonia Penal
En los inicios del Siglo XX el gobierno y la comunidad médica promovieron la idea de establecer lazaretos para leprosos y tuberculosos en los Departamentos; se reconstruyeron y reactivaron los lazaretos existentes: Agua de Dios, Contratación y Caño de Loro-Cartagena de Indias, que se mantuvieron con los recursos de las rentas de las mortuorias; se inició la construcción de nuevos hospitales en las Colonias Agrícolas y Penales.
Ante el aumento y la propagación de la lepra y la tuberculosis en el país, la inconformidad de muchos de los militares liberales, perdedores de la guerra de los mil días, y la escasez de mano de obra para las plantaciones bananeras que se requieren acometer en la región río Sevilla - río Fundación, el Gobierno Nacional, previa visita del Presidente Rafael Reyes a la Zona, en Abril 25 de 1908, había contemplado crear la Colonia Militar,
La delimitación del terreno en Buenos Aires para la Colonia Penal fue de 500 hectáreas, fue realizada por los contratistas Víctor Fernández Güell y José Manuel Goenaga. Se pretendió aislar a leprosos y tuberculosos deambulantes en pueblos y ciudades y renuentes a aislarse en los lazaretos legalmente establecidos; que cada reo traído a la Colonia, ya libre, se vinculase como fuerza laboral; además, sus familiares también se establecerían en cercanías del penal.
Los primeros reos arribaron del interior del país en octubre de 1908 y con ellos se dio inicio a las obras de construcción del “Canal Corralito”, finalizadas en 1909 por la firma “Evaristo Obregón & Compañía”.
Otros penados fueron dedicados al corte de maderas y a la carpintería; los que salían a trabajar a campo abierto, en la montaña, con cadenas iban atados a grillos y vigilados por la gendarmería, cuerpo armado de 85 integrantes. Para los enfermos, leprosos y tuberculosos había un Hospital.
El viaje de los condenados se hacía en barco por el río Magdalena, llegaban a Barranquilla para luego tomar los caños de la Ciénaga Grande y por último el Ferrocarril; todo pago por el Estado. Para la época, era un viaje de turismo.
El panóptico de la Colonia penal alcanzó a albergar simultáneamente 80 semovientes inventariados por el comisionado especial y entregados a un depositario; de esta manera pasó a ser administrada por un contratista, para lo cual el gobierno obtuvo el respectivo contrato con el general Félix Navarro, el 4 de febrero de 1913 y el mismo fue un rotundo fracaso. El contratista constituyó una Sociedad Civil Colectiva de Comercio, con cien pesos ($100) oro de capital, dedicó a “comprar” las mejoras que realizaron los reo en terrenos de la Colonia penal para venderlas posteriormente al Estado. En Marzo de 1914 el Gobierno declaró la caducidad del contrato por incumplimiento y abusos de parte del contratista.
La Colonia Penal realizó la retícula ortogonal urbanística de Buenos Aires, aún intacta, y adjudicó los lotes para construcción de viviendas.
El panóptico de la Colonia penal alcanzó a albergar simultáneamente 80 semovientes inventariados por el comisionado especial y entregados a un depositario; de esta manera pasó a ser administrada por un contratista, para lo cual el gobierno obtuvo el respectivo contrato con el general Félix Navarro, el 4 de febrero de 1913 y el mismo fue un rotundo fracaso. El contratista constituyó una Sociedad Civil Colectiva de Comercio, con cien pesos ($100) oro de capital, dedicó a “comprar” las mejoras que realizaron los reo en terrenos de la Colonia penal para venderlas posteriormente al Estado. En Marzo de 1914 el Gobierno declaró la caducidad del contrato por incumplimiento y abusos de parte del contratista.
La Colonia Penal realizó la retícula ortogonal urbanística de Buenos Aires, aún intacta, y adjudicó los lotes para construcción de viviendas.
Ver también: Colonia Penal en Buenos Aires
Confusión con el nombre
Los primeros habitantes de este nuevo poblado lo bautizaron con el nombre de la finca, y nunca dejaron de llamarse con este nombre, lo que les fue dando una identidad propia y única, muy a pesar de que el gobierno desconociendo lo que sucedía en el terreno por lo general se refiriera a ellos con el nombre de Fundación, que era la identidad de la Estación férrea. Prueba de esto es la siguiente comunicación al director de penitenciarías, donde se aclara que el publico llama al caserío con el nombre de Buenos Aires y no Fundación.
Fundación, 8 de enero de 1915.
Señor Director de las Penitenciarías de la República.- Bogotá.
Empezar por manifestarle que el local, que mide 31m de longitud por 11 de latitud, lo forma un solo salón rodeado de corredores en el cual duermen aglomerados los presos. Su techo es de zinc, su pavimento de cemento y de madera las paredes, que están además escuetas por encima dejando casi en libertad a los presos de fugarse cuando a bien lo tendrán. Se halla a campo raso, sin contacto directo con ninguna otra casa pues las más próximas que al frente ya los costados tiene, están a una distancia mayor de media cuadra y por la parte de atrás no tiene otra vecindad que la montaña.
Puede por consiguiente ampliarse en todas las direcciones, y sobre todo hacia el fondo, medida que no solo considere necesario sino imprescindible y urgente, porque la vida de todos los colonos, así como la de los gendarmes que les hacen guardia está seriamente amenazada por la estrechez antihigiénica a que se hallan reducidos, tanto más cuanto se carece completamente de excusados y de agua... careciendo de medios para remediar el mal, solo ha podido limitarse a hacer lo más retirado posible el lugar destinado para que los colonos satisfagan sus necesidades fecales, lo cual no impide que su fetidez sea conducida por la brisa hasta el mencionado local. Está situado al sur del caserío que el gobierno titulo lo cual no impide que su fetidez sea conducida por la brisa hasta el mencionado local.
Está situado al sur del caserío que el gobierno titula “Fundación” y el público “Buenos Aires”, a distancia como ya le dije de media cuadra, y tiene a su costado izquierdo o sea el del occidente, a cuadra y media de distancia, el río de Fundación, que arrastra suficientes aguas para tomar con ellas, con pequeño gasto, las que sean necesarias para el servicio y salubridad del presidio.- El caserío lo constituyen unas ochenta casuchas de bahareque y palma y sus habitantes viven en lo general del comercio…”
Primeros colonos
Con el ferrocarril llegaron al Terminal Férreo de Buenos Aires, los comerciantes paisas:
Jesús María, Luís Eduardo y Pascual Hoyos; Martín Emilio Riaza; José María López y María del Carmen Ocampo, e hijos María Teresa, Valentina, María del Carmen, Antonio y José Nazario López Ocampo; Daniel Zuluaga Hoyos e Isabel Hoyos, con sus hijos Daniel y José Joaquín; Camilo Aristizábal; Tulio de la Parra; Dionisia Bernal; Ricardo Rubio S.; Manuel Castaño; Isabel Díaz de Larrazábal; Antonio Larrazábal; Marcos Arango; Emilio Hernández; Aldemaro Rincón; Abraham López; Angel Castrillón; Manuel Delgado; Ambrosio Delgado; Jesús Antonio Gómez; Manuel S. Gómez D.; José María González; Benjamín Velásquez; Luis Eduardo Cadavid Cadavid;
Los cundinamarqueses: José Ramón Gutiérrez Torres y Capitolino Matiz.
Y los tolimenses: Carlos Eustacio Mora Buendía, Marcelino Martínez, Andrés Espinosa, Nicolás Espinosa, Elías Garzón, Félix Sanín G., Ana Rosa Lemus, Jesús María Callejas, Abel Rodríguez G., Josefina Patiño, Mañola y Raquel Osorio, Carlos S. Farfán y Fabricio Correa.
Adyacente a la Estación Terminal y al puerto sobre el río Fundación se estableció la plaza del comercio y el hotel de la piñonera doña Dolores Rada Ortega, adonde llegaban los viajeros de las provincias del Valle Dupar (hoy Valledupar) y de Padilla, en tránsito hacia la Zona y Santa Marta, y en viaje de regreso a la provincia. Sin embargo, el antiguo camino de herradura que comunicaba el Valle Dupar y la provincia con la Zona Bananera, representaba un obstáculo para el desarrollo de aquellas regiones; por ello, el gobierno consideró necesario levantar los planos y perfiles para abrir una trocha entre Fundación y Valle Dupar, contrato que se firmó con los señores Víctor Fernández Güell y José Manuel Goenaga.
Adyacente a la Estación Terminal y al puerto sobre el río Fundación se estableció la plaza del comercio y el hotel de la piñonera doña Dolores Rada Ortega, adonde llegaban los viajeros de las provincias del Valle Dupar (hoy Valledupar) y de Padilla, en tránsito hacia la Zona y Santa Marta, y en viaje de regreso a la provincia. Sin embargo, el antiguo camino de herradura que comunicaba el Valle Dupar y la provincia con la Zona Bananera, representaba un obstáculo para el desarrollo de aquellas regiones; por ello, el gobierno consideró necesario levantar los planos y perfiles para abrir una trocha entre Fundación y Valle Dupar, contrato que se firmó con los señores Víctor Fernández Güell y José Manuel Goenaga.
El mismo contrato contempló los diseños y construcciones de canales de riego captados en los ríos de la Zona Bananera.
Canal Corralito
1928 |
Este canal que aún existe, comenzó a ser construido a pico y pala por los penados de la Colonia Penal de Buenos Aires
En Escritura 200, Santa Marta, de 7 Mayo 1914, el Señor Goldsmith Williams, apoderado general de la United Fruit Company protocoliza permiso para la construcción del Canal “Corralito":
Señor Alcalde Municipal del Distrito.
Yo, Ramón P. García, mayor de edad, vecino de Ciénaga, de tránsito en este lugar, en mi carácter de apoderado de los Señores Evaristo Obregón & Cía., de Barranquilla, a Usted respetuosamente pido:
Que se sirva concederme permiso para construir una acequia en la región norte del río Fundación con el objeto de regar los terrenos de propiedad de mis poderdantes, denominados “Corralito”.
Suplico a Usted que una vez sea resuelto lo que solicito, se sirva ordenar se me devuelva todo lo actuado por ser de ello el uso conveniente a los intereses de quienes representan.
Pueblo Viejo, 20 de Enero de 1909.
Ramón. P. García.
Las obras fueron concluidas por la firma Evaristo Obregón & Cia, con permiso de la administración municipal de Pueblo Viejo de 1909. El canal era para irrigar las tierras de don Evaristo Obregón, y que éste había comprado a Juan S. Porto.
Bibliografía:
Migrantes y Blacamanes
Autor: Venancio Aramis Bermúdez
Joaquín Viloria De La Hoz
Ver también:
Una información valiosísima. Saludos desde Brasil
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