El oscuro poder del “Niño en Cruz”, el rito esotérico que protege a criminales y pandilleros
El niño en cruz es una práctica esóterica que gozó de mucha popularidad en la Costa Caribe, y también en la Pacífica. Aún es usual su uso entre algunos miembros de grupos violentos, y delincuentes.
La popular superstición consiste en la introducción de una aseguranza rezada bajo la piel del brazo, o el tatuaje de una cruz, lo cual de acuerdo a la creencia confiere a la persona una fuerza inexplicable, además de brindar protección contra las balas y la posibilidad de volverse invisible para sus enemigos.
Los niño en cruz son pequeñas placas de color plomo que son introducidas dentro del brazo, el material se obtienen de los nidos de los cuervos cienagueros, cambiando los huevos de un nido por huevos cocinados. Cuando la madre cuervo regresa a su nido y nota que sus huevos están sin vida les tira las plaquitas, con las que hacen los niños en cruz.
Un método alternativo es realizarlo con una higa sacada del espinazo de un árbol de olivo un viernes santo.
Ver también: Higa: cura contra el mal de ojo
La creencia extendida afirma que el niño en cruz blinda de muchos maleficios, y otorga varios beneficios como la habilidad para trabajar más fuerte, enamorar, obtener dinero, pelear con destreza o protección contra las balas, así como el dotar de la facultad de convertise en ‘invisible’ durante las persecuciones.
Por estas razones en el mundo delincuencial abundan quienes acuden al santero que tiene el conocimiento, para que les tatúe varias cruces en la espalda y extremidades, con el propósitio de aumentar la fortaleza física o el poder sobrevivir a situaciones de peligro amparado en fuerzas oscuras.
Afirman que es tal el poder de esta protección metafísica que en caso de recibir un impacto de bala, la persona no morirá hasta que le sean retirados del cuerpo los crucifijos por parte del brujo que se los rezó.
LEYENDA DE JAIRO, EL GUAJIRO
Un gran suceso paranormal que extendió la fama de los poderes sobrenaturales del niño en cruz, es sin duda alguna la de Jairo ‘el guajiro’.
Se cuenta que en la década de los 80, cuando los clanes de guajiros pululaban en muchos sectores de la región Caribe, Jairo era dueño de una reconocida banda delincuencial que atemorizaba por su accionar cruel y sanguinario, por su absoluta frialdad...
Dentro de sus temidos actos se cuenta el asesinato de un joven porque éste lo miró de manera despectiva. Jairo no soportó la impertinencia del joven, tomó una camioneta cercó el bus donde se transportaba el adolescente y lo acribilló sin piedad delante de los demás pasajeros.
La muerte de este sanguinario guajiro quedó en el recuerdo de muchos, toda vez que un grupo de pandilleros tomaron venganza contra Jairo, lo secuestraron, lo llevaron hasta un lote enmotando, y cuando desenfundaron sus armas para quitarle la vida, Jairo se burló de sus victimarios gritándoles que él estaba protegido por el niño en cruz. Los pandilleros le expresaron: “Lo sabemos por eso nuestras balas están rezadas, así que hoy te mueres”.
Los pandilleros le agregaron que la bruja que rezó las balas había sido Eloísa, famosa hechicera que protagonizaría años después un suceso con muñecas embrujadas en Carrizal.
Según el relato extendido, Jairo llegó al servicio de urgencias de un Hospital de Barranquilla con 36 proyectiles en todo su cuerpo incluída la cabeza. Los galenos que lo atendían notaban con asombro que el herido agonizaba, pero no moría, mientras que suplicaba que le sacaran el niño en cruz de su muñeca y otro que tenía incrustado en la encía, para así poder descansar.
¿TIPOS DE NIÑOS EN CRUZ?
Los santeros enseñan que el niño en cruz se puede pactar de tres formas: mediante la bebida de una toma conjurada; la segunda a través del tatuje de cruces en el cuerpo; o por medio de incrustaciones en el organismo.
Para este último proceso, son alojadas en el cuerpo unas pequeñas placas de metal, las cuales afirman recorren el cuerpo hasta encontrar el lugar donde opera el poder del alma. “Cuando se introduce el niño en cruz en el cuerpo, a la persona no la pueden herir porque es protegido por un espíritu cuyos límites son de otro mundo” relata una santera.
En cuanto a los poderes de invisibilidad, la escritora Mado Martínez, en el libro Colombia Sobrenatural, narra varios testimonios de antisociales que a pesar de estar rodeados por las autoridades no eran capturados por ser imperceptibles para ellos.
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