marzo 05, 2015

ME GUSTA MI TIERRA




Por Cesar de Angelis De Caro

Me gusta mi tierra Fundación, pero más me gustaba en la época de nuestro querido teatro Paraíso, hubiera preferido la época de aquellos juegos de niños, como la penca escondida, la lleva, la carrumba, palito en boca, el boliche, el trompo, la cometa entre otros.

La época de la famosa Yeya a donde íbamos por las noches a comer aquel delicioso mondongo, como olvidar aquellas películas que nos traen recuerdos de niños como Dios se lo pague, con aquel famoso actor mexicano ARTURO DE CORDOBA

Aquel Fundación de don Rafael Restrepo, padre de Jorge Restrepo Fontalvo, aquellos famosos carnavales dirigidos por Don Camilo George y familia o el clan Maria Katan, Don Emilio Faillace, Sila Pasella. Carnavales que dejaron en nuestras mentes bellos recuerdos de juventud. 

Amigos que se fueron y nos dejaron en el camino, nombremos a Marcelo, Victorio y Alberto Calvano, Napoleón Serrano Pabón, José Mendoza Romero, o mis grandes amigos y compadres José Santander Villasmil y Venancio Carmona Meza.

Como olvidar aquella época del tren.. EL ORDINARIO, EL LOCAL,Y EL ESPECIAL.

Como no mencionar a la colonia Italiana de quien provengo, personas que dejaron en nuestros corazones bellos recuerdos y sobre todo muy buenas costumbres y excelentes ejemplos. 

No puedo dejar por fuera la colonia Libanesa. Quienes dejaron una honda huella en nuestros corazones y en el progreso de esta ciudad.

Estoy seguro que todo el que vivió esa parte de la historia Fundanense, se formará su propio concepto y sobre todo traerá a su memoria aquellos bellos momentos de adolescencia y juventud.

Como entre otras el equipo de fútbol en el que jugaban mi padre Rafael De Angelis, Pablo Robayo, Renato Laíno, Enrique Robayo (EL FAMOSO MATA INDIO), equipo al que se le denominaba El gran AMÉRICA. En una ocasión Jorge Restrepo Fontalvo, mi gran amigo y compañero de estudios en el Instituto Fundación, colegio que dirigía magistralmente el profesor SANTANDER PEREZ GOMEZ, decía que el AMÉRICA de Fundación no tenía nada que envidiarle a ningún equipo de fútbol profesional, y así lo creo.

Ese es el Fundación que hoy recuerdo con afecto a la que le decíamos con justa razón la sucursal del cielo. Tiempos aquellos que ya se fueron pero que han quedado grabados en nuestros corazones.


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